Lo que veo es indescriptible.
Simplemente no te puedo contar,
Lo que mis ojos aprecian.
Tengo frente a mí
Una puesta de sol.
No cualquier puesta.
Esta es mágica,
Me habla sin mencionar palabra alguna.
Me hechiza,
Me hipnotiza.
La veo
Y no me canso de apreciarla.
Sus colores son cálidos,
Aunque la temperatura ya descendió.
El hermoso amarillo se va tornando de a poco en azul,
El cual si miras hacia arriba
Se ve negruzco.
Estoy acá,
En mi segunda casa,
Viendo hacia abajo,
La primera.
Que brilla cual galaxia,
No más que otra,
La nuestra,
La Vía Láctea.
Si miro al sur,
Este y oeste,
Así como al norte,
Ya no hay más luz solar.
Esa llama inmortal ya se ha ido a dormir.
Ahora su hermana,
La luna
Reclama su lugar
En lo alto del cielo,
Que ya pinta negro.
Y viéndome a mí o yo a ella,
Reconozco a ese lucero,
Que llaman Venus.
La diosa de la belleza,
En los tiempos de la antigua Roma.
Le sonrío a ella o ella a mí.
Realmente no lo sé.
El frío me abate,
Refugio pide mi cuerpo.
Cerraré la puerta y la ventana.
Otro día que se va.
Otro noche más que viene.
Otro noche más que viene.
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